8. que la ruina los sorprenda: que sean atrapados en la trampa que han preparado, que caigan en el pozo que han cavado, para su propia ruina.Por todos estos pecados y por los pobres infelices que los cometen, me atrevo a pedir, oh Jesús, la efusión de Tu infinita misericordia. Son los pecados los que Te hicieron terminar en el Huerto de los Olivo